sábado, 15 de noviembre de 2014

LA ENFERMEDAD UNA LLAMADA DE ATENCIÓN




                               

Se puede entender la enfermedad como  una oportunidad que uno se da a sí mismo para ayudarse a recordar quién es. Es ese punto  de inflexión en el que nos forzamos a nosotros mismos  a reconocer que nos hemos olvidado de quienes somos realmente , llegamos a un punto en que nos es imposible mirar hacia otro lado ,teniéndonos  que enfrentar inevitablemente a nosotros mismos, pues ya no nos sirve ,mirar hacia otro lado, echar la culpa a nada externo a nosotros .Cuando llegamos  a ese punto  y miramos honestamente, podemos llegar a vislumbrar ,a intuir, comprender que es lo que ha generado nuestro sufrimiento ,nuestra infelicidad  .Comprendemos que son nuestras interpretaciones las que  han causado nuestra  infelicidad ,que esas causas están en nuestra  mente  y es allí donde se deben corregir.
Lo que no nos gusta de nosotros mismos, lo que nos es doloroso, todo aquello que nos produce miedo y no podemos enfrentarnos a ello, lo guardamos en la trastienda “inconsciente” creyendo que de esta forma estaremos a salvo .Muchas veces enfermamos cuando no podemos procesar, expresar nuestras emociones, sentimientos y estos son  reprimidos. Al ser incapaces de sentirlos, los proyectamos al exterior, viendo nuestra ira, rencor, culpa en los demás  y así reafirmándonos en la separación.

Cualquier terapia debe de ir encaminada a dar los pasos necesarios para volver a conectarse con el Yo Real.

El terapeuta debe acompañar a la persona en el proceso de recordar su verdadera esencia, a que deje de interponerse en su propio proceso de sanación .El terapeuta acompaña con ternura, con amor, recordándole  que  ya es Dios.

La importancia de lo “SAGRADO” en la terapia Esenia Egipcia:


Nuestro trabajo es esencialmente una búsqueda de lo que se llama la curación de lo sagrado. Es el arte de conectar con el aspecto sagrado del ser humano. Lo más importante es encontrar la esencia de la vida y ofrecerla.
No existe el terapeuta y el principio divino, tampoco existe el terapeuta y el enfermo; existe, definitivamente, el Principio divino, el terapeuta y el enfermo.
“El milagro de la sanación es como la música .Se dirige a los oídos del alma sin necesidad de ser traducido o comentado”
                                            Daniel Meurois.

 Durante todo este tiempo de formación, nos recordaban una y mil veces lo esencial que es la conexión con lo sagrado, sin ella la terapia se convertía en otra técnica mas .El terapeuta siempre tiene que respetar la voluntad de querer sanarse por parte de la persona, sin esa voluntad no se podrán desbloquear las resistencias a nivel celular. Sin la voluntad de querer comprender, nada podremos hacer, pues nosotros tan solo acompañamos al ser que se abre, poniendo todo el amor en ello, sin expectativas y dejando que sea ella misma  quién se abra a la onda de sanación.


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