"EXISTEN SIN DUDA CIEN MIL CAMINOS QUE CONDUCEN AL ETERNO PERO,UN DÍA U OTRO,TODOS SE CRUZAN EN UN SOLO PUNTO,EL DEL CORAZÓN" Aquel clavo que clavé
Los cuidados de sensibilidad esenia y egipcia constituyen un enfoque
terapéutico global del ser humano cuyo origen, sin duda, se pierde en la noche
de los Tiempos.
Estos Cuidados son una forma muy antigua de curación, utilizada hace milenios
en Egipto y después heredada por los Esenios. Se piensa que Jesús, era un
miembro de la comunidad esenia.
La práctica esenia se enfoca en restablecer la circulación energética,
armoniosa a través del organismo mediante un trabajo consciente y respetuoso
sobre sus chacras, sus nadis y sus múltiples niveles de realidades sutiles ,
así se puede prevenir eventuales desordenes físicos como psicológicos a través
de la detección de zonas de bloqueo o de intoxicación energética que
desestabiliza el cuerpo o ciertos órganos, favorece la detección y eliminación
de la formas pensamientos tóxicas que son a menudo el origen de muchas
enfermedades facilitando la toma de conciencia .
Los cuidados esenios tratan al Ser en sus tres aspectos cuerpo, alma y
espíritu.
Cuando realizamos un cuidado de sensibilidad esenia y egipcia nos acercamos
a lo sagrado, de modo que no es una simple técnica sino un acto sagrado. Es un
acto sagrado porque me alineo con la fuerza divina y dejo que actué a través de
mi, simplemente me dejo llevar por el corazón, poniendo lo mejor de mí, lo más
profundo de mi ser, al servicio de la Divinidad.
Los esenios consideraban la enfermedad, no como un enemigo a combatir, sino
como un llamado del alma, avisándonos de que algo no funciona bien en nuestro
interior.
El terapeuta esenio debe de situar su
corazón en el extremo de sus manos
sabiendo que es un simple canal, debe de comprender que cuando realiza cualquier
terapia energética, se está alineando
con la fuerza divina, siendo un simple
canal de ella.
Trasmitimos esa energía a través de nuestras manos haciendo intervenir la
fuerza de nuestro corazón, el resultado no importa, debemos de aprender a no
obstaculizar el camino con nuestras expectativas.
Solo soy un intermediario de la energía de vida, esa fuerza divina que actúa
sobre la persona activando sus propias fuerzas curativas para conectarla con su
propia Divinidad y así trasmutar todo aquello que la oprime y la asfixia,
poniéndola en resonancia con su propia alma.
El gran arte del terapeuta esenio esta en el hecho “de ayudar a la persona a
curarse él mismo”. Lo que es la Clave de toda Verdadera Sanación.