Dejar llegar lo que viene y dejar ir lo que se va.

                " Dejar llegar lo que viene y dejar ir lo que se va."

"El aliento es el elemento más divino que se pueda concebir en nuestro mundo. Pero no hay que ver únicamente en él una inspiración sino también una espiración. Es un lavado total Y profundo del ser humano, no sólo de su cuerpo de carne  sino también de sus cuerpos de luz." El otro rostro de Jesús

Mediante la respiración consciente sentimos el aire penetrar dentro de nuestros pulmones y salir de ellos .Cuando  ponemos nuestra conciencia en nuestra respiración, nuestra  mente dejará de pensar. Ahora nuestra mente tiene una oportunidad de descansar.  Hace poco leí:”Sólo una inspira­ción puede ayudar a la mente a volver al cuerpo. Cuando la mente y el cuerpo van juntos, pue­des habitar verdaderamente en  el momento presente.”

Andaba paseando con mi consciencia puesta en la respiración cuando me di cuenta de que “todo “estaba presente en cada inspiración, yo era una con el aire que inspiraba, todo estaba interconectado. “Lo que era” formaba parte de todos y todos formaban parte de mi, la conexión que existe es real, permanente, e indestructible.

 Con cada inspiración sentía la  presencia de mi padre, de mi hermano ,mediante la inspiración sentía la presencia del amor, la presencia de aquellos que ya no estaban con sus cuerpos físicos o que estaban lejos de aquí, Inspiraba  y sentía su presencia en mi corazón, sentía amor .Fui consciente de que estaba intentando mantener, retener ese momento, ese amor en mi, para alargar ese ínstate lo más que pudiese ,pero fui consciente que era imposible, que la vida era una danza  formada por la inspiración e inspiración. Comprendí que nada se puede retener, acumular, controlar. Que  si no soltaba el aire que estaba reteniendo me moría, de la misma forma que morimos un poco cuando nos negamos a soltar esas programaciones, esas ofensas.

 la pretensión de retener de poseer  es absurda frente a la impermanencia  . El proceso de respirar había sido tan clarificarte para mí, significaba: Dejar llegar lo que viene y dejar ir lo que se va.